¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende. Por sueño, en visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres, cuando se adormecen sobre el lecho…
Job 33:13-15
No debemos contender con Dios. Si bien es cierto muchas veces no entendemos el porqué de las cosas que pasan, algo que debemos tener muy claro es que Dios sí sabe lo que está haciendo, Él es perfecto y está en control de todo.
Por otro lado, debemos comprender que, a veces, en medio de esas situaciones, también nos quiere hablar, pero no somos sensibles a su voz.
Él mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado, Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, y su vida se verá en luz. He aquí, todas estas cosas hace Dios dos y tres veces con el hombre.
Job 33:27-29
Aquí también nos habla de la necesidad de reconocer nuestro pecado. Cuando fallamos lo mejor que podemos hacer es acudir a Él y confesar nuestro pecado implorando su perdón.
Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre, Y ve todos sus pasos. No hay tinieblas ni sombra de muerte donde se escondan los que hacen maldad.
Job 34:21-22
Esto nos habla que, ante los ojos de Dios, no hay nada oculto, Él lo ve todo, así que no hay nada que le podamos ocultar al Señor.
El Señor le dice a Job a manera de pregunta ¿es sabiduría contender con el omnipotente?
Job 40:2
Job en su respuesta dice, es mejor quedarme callado. El proverbista dijo: “aún el necio cuando calla es contado por sabio.” (Pr. 17:28)
Al que reconoce su pecado y se arrepiente y busca el perdón de Dios, el Señor lo redime y su vida verá la luz. Al que reconoce su pecado y se arrepiente y busca el perdón de Dios, el Señor lo redime y su vida verá la luz.
Debemos poner en práctica.
• No contender con el Señor.
• Arrepentimiento.
• No hablar demasiado, mejor callar y esperar en Dios.
Debemos tener como disciplina un examen minucioso de nuestra vida para no guardar o tener pecados sin confesar si hay adversidades o luchas no debemos contender con Dios, por el contrario, esperar en Él y aprender a discernir cuando quiere hablarnos.
prender a discernir cuando quiere hablarnos.