Este texto bíblico nos habla de una de las dificultades por las que tuvieron que pasar los discípulos del Señor. El relato nos dice que tomaron una barca para dirigirse a su próximo destino (ver v. 24). Los discípulos estaban en medio del mar, azotados por una tremenda tempestad; dice: “…las olas cubrían la barca…”.
Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido. Los discípulos fueron a despertarlo. —¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar! —Hombres de poca fe —contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo. Los discípulos no salían de su asombro y decían: «¿Qué clase de hombre es este que hasta los vientos y el mar le obedecen?».
Mateo 8:23-27
Tal vez usted esté experimentando una tormenta en alguna área de su vida, y parece que las olas se han levantado tanto que no ve salida alguna. Quiero decirle que eso mismo vivieron los discípulos, seguramente eso les produjo mucho temor, incertidumbre, desánimo. En fin, muchos pensamientos debieron pasar por sus cabezas.
Pero quiero animarle a que no permita que el temor lo paralice, que no detenga sus planes y propósitos tenga en cuenta lo que dice la biblia.
“El temor del hombre pondrá lazo; más el que confía en el Señor será exaltado”.
Proverbios 29:25:
El hecho de ser cristianos no nos exime de que tengamos que pasar dificultades, el salmista lo expresó en el Salmo 34:19.
Muchas son las aflicciones del justo, mas de todas ellas le libra Jehová.
Salmo 34:19.
Quiero que sepa que Dios está en control en medio de la adversidad. Si usted nota, en el texto bíblico inicial, el Señor iba en la barca con ellos. Esa es la confianza que usted debe tener hoy, Dios prometió que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Pero ¿Qué tenemos que hacer? La respuesta está en el v. 25. Tenemos que acudir al Señor. Su situación, cualquiera que sea, el Señor la puede solucionar, por eso lo que tiene que hacer es clamar al Señor, descansar en sus promesas. No permita que el diablo venga a atormentarlo con preocupación, con pensamientos negativos, ni mucho menos permita la duda en su corazón. Nútrase con la Palabra de Dios, busque a Dios en oración. Pero ¿Qué tenemos que hacer? La respuesta está en el v. 25. Tenemos que acudir al Señor. Su situación, cualquiera que sea, el Señor la puede solucionar, por eso lo que tiene que hacer es clamar al Señor, descansar en sus promesas.
Pero algo importante también, sea una persona de fe (v. 26), créale a Dios, crea a su Palabra, “sin fe es imposible agradar a Dios”.
Al final del v. 26 usted puede ver que solo bastó una orden del Señor para que todo volviera a la calma. Eso mismo requiere su situación, esperar la orden de Dios. Usted solo debe esperar en Dios, él tiene el control de todo.
El Señor sabía de antemano que iban a pasar por esa tormenta, sin embargo, no se la evitó. Si Dios no evitó que usted pase por esta tormenta por la que está pasando, tiene un propósito, recuerde “a los que aman a Dios todo ayuda para bien”.
Así que mucho ánimo, no deje agobiar por las circunstancias, Dios actúa por encima de cualquier circunstancia, confíe en el señor.